En el Antiguo Egipto este término se aplica a los fragmentos calcáreos, o de cerámica, sobre los que el escriba, o el aprendiz de escriba, esbozaba un dibujo o un texto. El coste del papiro no permitía que se utilizara este soporte para las notas que no fueran oficiales, para los dibujos explicativos o satíricos y, mucho menos, para el aprendizaje de la escritura jeroglífica.
El papiro era caro, un producto que no convenía desperdiciar. Por eso, cuando un egipcio necesitaba un soporte para escribir una carta, trazar un boceto o tomar una nota, por lo general recurría a lascas de piedra caliza o fragmentos de cerámica rota lo que se conoce como ostracon.
El ostracon contiene información no emanada de la corte. Sirven para dar voz al egipcio de a pie que se expresaban en ellos sin tapujos. Se han encontrado imágenes que sorprenden por su frescura y contenido, alejados del hieratismo de la corte como de las limitaciones impuestas por la ideología dominante.
Entre las imágenes más llamativas se cuentan las de los ostraca pornográficos. Los egipcios eran reacios a representar escenas sexuales, pero solo en las tumbas y templos. Fuera de las obras oficiales, no fueron pocos los artistas que decoran un ostracon con escenas explicitas. Los creadores dibujaban sobre ostraca algunas escenas humorísticas, pues las protagonizan animales realizando actividades humanas como un gato conduciendo una bandada de ocas al mercado, o a un ratón son su faldellín de lujo sentado mientras recibe un refrigerio de su felino.
Ostracón satírico del ratón y el gato. Dinastía XIX-XX. Museo Royaux d'Art d'Histoire, Bruselas.
Por sus características, la imagen del ostracon constituye claramente una parodia de las habituales escenas de adoración, ofrenda y banquete funerario. Escenas protagonizadas por dioses y monarcas, así como por altos dignatarios y secundariamente por sus servidores. De hecho, tanto la alabanza como la ofrenda de alimentos son temáticas constantes en la iconografía religiosa egipcia.
Hubo dibujantes que se atrevieron a ir más allá, porque el objeto de la sátira no fue otro que el mismísimo soberano de las Dos Tierras, al que representaron como un sencillo pescador reparando unas redes. Los ostraca eran utilizados para escribir . La principal fuente de este tipo de documentos procede de Deir al-Medina, donde residían los trabajadores encargados de excavar y decorar las tumbas del Valle de los Reyes y el Valle de las Reinas. En un cercano pozo, utilizado como vertedero cuando se secó, los arqueólogos encontraron decenas de millares de ellos.
Su contenido es variado, en ellas encontramos el texto de una carta dirigida a un pariente, en otros una nota de venta donde se especifican las condiciones del pago. Una lista de la lavandería, con las prendas dibujadas y acompañadas por tantos puntos como ejemplares de cada una había.
Ostracon con caza de perros. Ostracon de lavandería y ostracon de encargo de ventanas.
Se han hallado óstraca de todas las épocas, pero la mayoría pertenecen a la época del Nuevo Imperio y proceden de Tebas y del valle de los Reyes. Escritos en su mayor parte en hierático cursiva se han hallado también unos pocos inscritos con jeroglíficos y también con dibujos artísticos.
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