domingo, 16 de octubre de 2011

ANTONIO LOPEZ. LAVABO Y ESPEJO. 1967

   
     Antonio López García es un artista atípico en su tiempo, pero a la vez es único y moderno. En su técnica la realidad es objeto de un análisis minucioso, tanto en el dibujo, la pintura o la escultura.

     Nació en Tomelloso, un pueblo de La Mancha. Con tan solo trece años se traslado a Madrid para iniciar su formación artítica. Por aquel tiempo España estaba aislada de las corrientes internacionales del arte.

     Antonio López al igual que se compañeros se identificaron con el realismo. Sus primeras composiciones presentan todas las características de este movimiento. El objetivo de este es una representación meticulosa de la vida del momento. La temática que representan es el mundo del momento, no el pasado ni el futuro. Antonio López pinta, esculpe o dibuja aquello que ve y que puede palpar, todo lo que pertenece a su entorno físico.


     Uno de los espacios por los que el artista siente predilección son los interiores de las casas, pues los concibe como espacios donde ocurre todo lo cotidiado del ser humano. Son lugares donde se come, se sueña, se descansa.

     Esta realizado al óleo sobre tabla. Fue realizado en 1967. Se encuentra en Boston, Colección Museum of Fine Arts. Aunque mas que un cuadro parece una fotografía, están representados todos los objetos con un realismo extraordinario. Es una imagen objetiva, completa, refleja todos los detalles. El cuadro representa un interior, con mucha luz, con motivos y unos objetos que recuerdan otra época. De nuevo, el pintor reproduce lo próximo, sus objetos cotidianos, y la pintura los devuelve, pasados los años como reflejo de una época y de un modo de vivir.
        

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