Esta pieza es una de las obras maestras del arte etrusco; sin embargo, su existencia plantea importantes interrogantes, porque resulta imposible saber si los esposos están representados en un banquete fúnebre que presiden (¿el suyo?) o si se trata de uno más de los cientos de banquetes a los cuales asistieron en su vida. Por otro lado, también cabe preguntarse si las cenizas de los dos cónyuges fueron las que se depositaron en su interior.
La urna cineraria sigue la tradición etrusca para este tipo de recipientes y consiste en una caja con una tapa, sobre la que aparece representado un matrimonio reclinado sobre un triclinio durante un banquete. Fue fabricado en Caere hacia el año 520 a.C. y la encontró el marqués Giampietro Campana en la necrópolis de Bandotacia a mediados del siglo XIX.