Pintado en París, es la obra más excelente de los años 1907-1908, en los cuales Matisse trata de armonizar color y línea. Tiene una historia curiosa: en un primer momento la había pintado de verde y titulado Armonía en verde, luego de azul, y como tal la vende, en el verano de 1908, al coleccionista ruso Schukin, y la expone como Armonía en azul. Antes de entregarla a su propietario, el mismo año 1908, cambia de idea y la repasa en un rojo vivo e intenso.
Representa a una mujer que pone la mesa, colocando un frutero en una mesa roja en la que ya hay dos botellas, flores y frutas. Por la ventana se ven árboles en flor en un paisaje verde. A lo lejos, una casa rosa. Emblemático del nuevo estilo decorativo del pintor, el lienzo presenta, además de un fuerte cromatismo, las líneas en arabesco que serán el rasgo principal de sus obras siguientes.
La escena cotidiana, ya representada al principio de su actividad en algunos cuadros inspirados en Cézanne o en los divisionistas, se ha transformado en pura invención pictórica, mediante una aplicación de los colores amplia y plana, con resultados de un excepcional valor decorativo. La naturaleza muerta, la figura humana, el paisaje, todos los elementos de la tradición realista entran en juego y salen transfigurados, por el dominio del elemento decorativo, que ocupa toda la superficie.
El título de la obra no alude al contenido, sino al éxito de la búsqueda del pintor, que en este caso consigue la deseada unidad de línea y color. La bidimensionalidad de la composición no contrasta con la perspectiva apenas indicada por la mesa ni con la ventana abierta, ya que expresión y ornamentación logran coincidir.
Henry Matisse fue el lider indiscutible de la corriente pictórica denominada denominada "Fauvismo". el término francés fauves, fieras, lanzado de forma despectiva por el crítico Luis Vauxcelles a los pintores que expusieron en el Salón de Otoño de 1903, se convirtió en el apelativo de este grupo de pintores que destacaron por la fuerza y violencia cromática de sus obras. Precedidos e influidos por Van Gogh y Gaugin, estos "fieras" fueron más lejos. En su atrevimiento, ya que proponían emancipar el color de cualquier servidumbre objetiva o realista para expresar de forma más pura las emociones del artista, verdadero tema de la obra.
Los fauvistas, al contrario de los pintores impresionistas y postimpresionistas, no buscan captar efectos lumínicos de ningún tipo; de hecho, las sombras desaparecen; predomina el efecto bidimensional en sus obras. por lo que nos parecen planas, más próximas a la representación típica de pintura románica que a la de la generación precedente.
El fauvismo inaugura la serie de "ismos" con los que el arte contemporáneo rompe con los sistemas tradicionales de representación, abriendo nuevas vías para la expresión artística.
Qué sorpresa escuchar Fields of gold de Sting mientras leía esto! Gracias por la música!
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